miércoles, 27 de mayo de 2009


La iliada
No dejó de advertir el Atrida Menelao, caro a Ares, que Patroclo había sucumbido en la lid a manos de los teucros; y, armado de luciente bronce, se abrió camino por los combatientes delanteros y empezó a moverse en torno del cadáver para defenderlo. De la suerte que la vaca primeriza da vueltas alrededor de su becerrillo, mugiendo tiernamente, como no acostumbrada a parir; de la misma manera bullía el rubio Menelao cerca de Patroclo. Y colocándose delante del muerto, enhiesta la lanza y embrazado el escudo, aprestábase a matar a quien se le opusiera. Tampoco Euforbo, el hábil lancero hijo de Panto, se descuidó al ver en el suelo al eximio Patroclo, sino que se detuvo a su vera y dijo a Menelao, caro a Ares:


Comentario:
Este texto es de genero literario épico, cuenta la historia de ulises, en el regreso a su casa tras ganar la guerra de Troya, y estar diez años fuera de su casa.

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